20.6.10

Más malo que malín.

Los que me conocen saben que ni de vaina sufro del mal del patriotismo. Sencillamente para mi el concepto de nación siempre ha sido muy abstracto. Pero si reconozco la identidad nacional y la idiosincrasia. Y si hay un aspecto de éstas presente en el venezolanismo que me gusta mucho es su creatividad para inventar frases, refranes y expresiones divertidas de cualquier cosa.

Por ejemplo, hace un par de semanas descubrieron unos containers del PDVAL (¿o Mercal? Bueno, una vaina de esas) con comida dañada o "piche". No pasaron dos días cuando ya se escuchaban piropos como "Mami ¿de que container saliste? Porque estás podrida de buena" (Cortesía de Anís Tedesco), o neorefranes como "Más contento que gusano en container de PDVAL (¿o Mercal?)".

Pero mi expresión favorita de todas las que he escuchado es "Más malo que malín". Y no sólo por su versatilidad, ya que el adjetivo "malo" puedo cambiarse por casi cualquier otro (ej. "Más loco que loquín", "Más gallo que gallín", etc.), sino porque, hasta donde yo se, no existe ni existió nunca en la cultura venezolana un personaje llamado "Malín", es decir, no hay una referencia de qué o quién es "Malín" ni cómo o por qué algo puede ser peor que eso. La genialidad de ésta expresión está en que, a pesar de esta deficiencia, todo el mundo la entiende perfectamente y cobra un sentido que en verdad no tiene. Porque de alguna manera el colectivo popular entiende y asume que si existiese alguien de verdad malo en la vida, ¡Nojoda! Se tiene que llamar "Malín".



16.6.10

A Holanda voy.

Cuando llega un mundial de fútbol los venezolanos tienden a ligarle a Brasil (y en menor medida a Argentina), me gusta pensar que por solidaridad latinoamericana pero la verdad es que fácil ligar al más ganador.

Yo, dentro de mi rebeldía con causa desconocida, siempre le voy al mal denominado Holanda (realmente se llama Países Bajos). Es la ventaja de vivir en un país con poca tradición futbolística, que le puedes ir a quien te de la gana.

Pero es difícil defender esta preferencia ante la percepción venezolana del fútbol, porque es cierto que los Países Bajos sólo han ganado la Eurocopa del '88 en toda su historia. Parece poco importante que jugaran dos finales de Copa del Mundo consecutivas en el '74 y el '78 y que en ese país se sentaran las bases del fútbol moderno con el Ajax de los 70's. Eso es abstracto, es romántico.

Yo le voy a los Países Bajos por su filosofía, por proponer ese fútbol de ataque constante, de toque, de desborde, de respeto hacia el aficionado. Por su convicción, porque aunque esta propuesta no les ha dado los resultados esperados (por no decir merecidos) se mantienen fieles a la causa en la que creen. Por haber revolucionado el fútbol en un momento en el que en Europa reinaba la táctica defensiva, el juego brusco y la especulación. En definitiva, por haber creado el fútbol que me gusta ver, el de líneas adelantadas, de pressing sobre los volantes y delanteros, de toque y circulación, de llegadas sorpresivas de los medios, de rotación y posicionamiento con orden y de polivalencia.

Y por supuesto, el fútbol del gran Johan Cruyff. Pocos saben que su aporte a la filosofía que practica y profesa el FC Barcelona (Club al que le han aparecido sospechosamente muchos seguidores en Venezuela últimamente) es casi absoluta.

En cuanto a cómo creo que le irá a los Países Bajos en Sudáfrica, honestamente veo al equipo un poco descompensado en defensa y poco equilibrado en el medio campo. No creo que este sea el año tampoco. Pero bueno, puedo (y espero) estar equivocado. Y viendo la posición que tengo en la quiniela del trabajo no es tan descabellado pensar que lo estoy.

6.6.10

Hypnotic Brass Ensemble.

Yo no veo mucha televisión. La prendo. La miro. Pero no la veo. Es un mal hábito que tengo y que he tratado de quitarme de a poco, entre otras cosas porque creo que por eso es que se está secando Camatagua. ¿Pero cómo hago? Miren, hay un programa genial que pasan en HBO cada semana llamado "Later with... Jools Holland" y que, gracias a mi memoria de corto plazo, nunca se cuando lo pasan y lo veo solo cuando estoy inmerso en la inercia del zapping. El formato del programa es una vaina loca. El tipo tiene un escenario inmenso donde mete 5 ó 6 bandas y puede tener en el mismo programa a Metallica, Carla Bruni y un grupo experimental autóctono de Togo.

Y precisamente en ese programa descubrí a estos panas, los Hypnotic Brass Ensemble. Lo poco que he podido averiguar de ellos es que son 8 hermanos (y una pana) de Chicago radicados en Nueva York, y su propuesta se basa en una sección de metales (con tuba, trompetas y trombones) y batería (ese es el pana). Eso es todo, con eso se bastan para generar un sonido que mezcla jazz, funk, gospel, hip-hop; que suena a Mardi Gras y a New Orleans. Muy bueno. Aquí les dejo un videito de su presentación en el mencionado programa.



4.6.10

Los veintioooocho.

¡Juventud ingrata! Te di los mejores años de mi vida ¿y así es como me pagas? ¿Dejándome?

Ya me habían dicho que eras así, pero no quería creerlo. Dime ¿Qué paso con todo lo que habíamos planeado cuando nos conocimos hace unos 10 años? ¿Con el apartamento y carro propio que se suponía tendríamos hace 3? ¿Con todos los países de Europa que ya deberíamos conocer? No vale, así no se puede. Le diste largas y largas al asunto haciéndome creer que esto era para rato y ahora agarras y te vas así. ¡Mucho descaro vale!