
Reguetón.
Me considero un buen agnóstico, por ende trato de no hablar nunca en absolutos. Si han leído mis posts anteriores notarán que soy muy cuidadoso al emitir mis opiniones y que éstas están siempre precedidas de un "yo creo", "yo pienso", "a mi entender", "desde mi punto de vista", etc. Creo que vivimos en un mundo subjetivo y de percepciones en el que nadie conoce ni es dueño de la verdad, y en el que todas las opiniones son igual de respetables. Pero en este caso me voy a permitir mi desliz absolutista tan común en la sociología humana, condición de la que no puedo escapar ni queriendo: ¡El Reguetón es malo con entusiasmo!. Aquí no hay tutía.
Y malo en todo sentido. Musicalmente es tan básico y elemental que se entiende porque se ha convertido en el ritmo más popular entre los niños menores de 6 años junto con las canciones de Barney el Dinosaurio. He ahí la edad mental de este estilo que se basa en la repetición cansina del mismo beat. Razón tiene el legendario Tony Bennett quien afirma que hoy día la música se basa en el beat y la percusión, ya nadie se interesa en la melodía. Y por favor no me hagan hablar de las letras, que en algún momento de sus inicios como género fueron de denuncia social y que ahora hay que meterles una denuncia en una corte social.