20.6.10

Más malo que malín.

Los que me conocen saben que ni de vaina sufro del mal del patriotismo. Sencillamente para mi el concepto de nación siempre ha sido muy abstracto. Pero si reconozco la identidad nacional y la idiosincrasia. Y si hay un aspecto de éstas presente en el venezolanismo que me gusta mucho es su creatividad para inventar frases, refranes y expresiones divertidas de cualquier cosa.

Por ejemplo, hace un par de semanas descubrieron unos containers del PDVAL (¿o Mercal? Bueno, una vaina de esas) con comida dañada o "piche". No pasaron dos días cuando ya se escuchaban piropos como "Mami ¿de que container saliste? Porque estás podrida de buena" (Cortesía de Anís Tedesco), o neorefranes como "Más contento que gusano en container de PDVAL (¿o Mercal?)".

Pero mi expresión favorita de todas las que he escuchado es "Más malo que malín". Y no sólo por su versatilidad, ya que el adjetivo "malo" puedo cambiarse por casi cualquier otro (ej. "Más loco que loquín", "Más gallo que gallín", etc.), sino porque, hasta donde yo se, no existe ni existió nunca en la cultura venezolana un personaje llamado "Malín", es decir, no hay una referencia de qué o quién es "Malín" ni cómo o por qué algo puede ser peor que eso. La genialidad de ésta expresión está en que, a pesar de esta deficiencia, todo el mundo la entiende perfectamente y cobra un sentido que en verdad no tiene. Porque de alguna manera el colectivo popular entiende y asume que si existiese alguien de verdad malo en la vida, ¡Nojoda! Se tiene que llamar "Malín".



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